La alimentación no es igual para todos

¿Alguna vez has intentado entender una factura de luz o de agua?

La mira de arriba abajo, lees una cara, le das la vuelta y unos segundos mas tarde miras el importe total y la archivas, asintiendo con la cabeza y sin tener «ni puñetera idea» de qué y por qué estás pagando.

Con la alimentación actual sucede lo mismo, por más vueltas que le demos a los etiquetados, no somos capaces de saber si lo que nos vamos a llevar a la boca es adecuado o no.

Nos limitamos a leer lo básico, las calorías, las grasas, los carbohidratos y las proteínas y si sus valores se adaptan a lo que entendemos como apto, lo metemos en la cesta y pagamos; un símil con archivar las facturas.

Dicho esto y ya que entender lo que pone en los etiquetados es tarea difícil, tenemos que prestar más atención a las necesidades de cada uno antes que saber si un producto es aconsejable o no para nosotros. Debemos saber de manera clara y concisa, qué necesitamos comer para después rellenar nuestro menú o nuestra cesta de la compra.

La alimentación no es igual para todos.

Deportistas, sedentarios, veganos, vegetarianos, deportistas ocasionales, élites deportivos… nada que ver una persona con otra y nada que ver las necesidades de cada cual.

Una vez tengamos claro este punto, podemos pasar al siguiente. Si no entendemos que la alimentación debe ser personal y completamente adapta, no podremos elegir un alimento u otro ya que no tiene sentido planificar una alimentación sana y equilibrada si no sabemos qué necesitamos.

Permitirme que me ponga pesado en este punto pero considero que es de vital importancia saber qué necesitamos. En algunas casas  hay varias personas que se sientan a comer en la misma mesa, con los mismos platos y esto, puede no ser correcto.

Un niño no tiene las mismas necesidades que un adulto, del mismo modo que un adulto sedentario no sebe alimentarse de la misma manera ni con los mismos alimentos que un deportista habitual. Incluso quiero ir un poco más allá porque nosotros mismo podemos pasar por diferentes fases de requerimientos alimenticios ya que nuestra vida no es lineal y en determinados momentos tendremos unas u otras necesidades alimenticias.

Os pongo un ejemplo y, este es precisamente es un punto donde suelo discrepar con muchas personas. Es el echo de entender que nada tienen que ver las necesidades de una persona durante su actividad cotidiana con el momento en el que se está de vacaciones, (vacaciones, descansos prolongados , bajas laborales o cualquier causa que pueda hacer cambiar los hábitos cotidianos durante un tiempo prolongado).

Pasamos de unas horas de actividad (trabajo, hogar, familia, deporte) a disponer de más horas libres al día, generalmente con menos actividad física y donde solemos variar los horarios de sueño, sobre todo en cantidad por lo que seguir con la misma alimentación no será conveniente si nuestro objetivo sigue siendo el de mantener el mismo peso.

Dicho esto, puede parecer sencillo la solución, sería suficiente con tener a amano una calculadora, sumar o restar calorías y repetir las cuentas con las calorías consumidas pero eso no sirve de nada ya que llevar una alimentación saludable no trata de eso.

Pero lo que si es cierto y notorio es, identificar nuestras necesidades alimenticias y acondicionar nuestro menú a ellas.

Entiendo pero no comparto, un dicho casero «no voy a preparar una comida para ca uno». Digo que lo entiendo por lo que puede ocasionar pero no lo comparto puesto que estar de acuerdo con esto sería como decir que unas zapatillas valen para todo. Sabemos que con unas zapatillas se puede correr, caminar o montar en bici pero también sabemos que cada actividad necesita de un calzado apropiado. Preguntémonos si  Usain Bolt podría haber batido el récord del Mundo de velocidad con una zapatilla de paseo o si Miguel Indurain hubiese ganado 5 Tours de Francia con unas zapatillas de correr.

Es cierto que una alimentación saludable puede ser igual para todos los de la mesa, siempre que se compartan ciertos alimentos. Estos alimentos no solo aptos, sino además esenciales para cualquier ser humano. Estos alimentos son frutas, verduras principalmente, así como cereales integrales. Estos últimos dependerán de los objetivos de cada persona pero podemos considerarlos como básicos e incluirlos en la base alimenticia de cualquier persona (adulto o adolescente).

Pero comer los mismos alimentos que mi compañero de sema no servirá de nada si nuestros objetivos son distintos ya que la alimentación, como me gusta recalcar, ha de ser personal.

Por lo tanto, los objetivos de cada uno son diferentes y requieren de alimentos diferentes. Usando como base alientos saludables y naturales como verduras y frutas, podremos cubrir la mayoría de la necesidades de cada persona.

Antes de terminar quiero hacer hincapié en algo esencial. Es más importante saber qué alimentos no debemos comer antes de los que sí debemos.

Una vez tengamos definido que la alimentación de cada cual tiene que ser adaptada, personal, variable según sus necesidades y que aprendamos los alimentos que no debemos consumir, podremos empezar a confeccionar nuestro menú.

Próxima entrada: Alimentos prescindibles en una dieta sana.

Introducción a la alimentación

La alimentación quizás, sea uno de los temas sobre los que más se puede opinar ya que existen miles de teorías y estudios sobre alimentos, dietas, superalimentos, etcétera.

Giran en torno a la alimentación muchos mitos, verdades a medias y mentiras tan repetidas que se han convertido en verdades. Muchos de los mitos que se argumentan como verdades rotundas y soberanas que se han ido soportando el paso del tiempo llegando incluso, a ser foco de sabiduría para aquellos que lo exponen durante las jornadas gastronómicas que se forman en reuniones familiares o con amigos, las denominadas «ideas del cuñado».

Sobre la alimentación recaen muchos estudios que pueden demostrar conclusiones fehacientes sobre muchos alimentos pero hay también muchos intereses, demasiados diría yo, sobre los productos alimenticios y sobre la alimentación general por lo que descubrir muchas veces si son estudios o manipulaciones por parte de las marcas es tarea difícil.

Son muchos los nutricionistas en lo que se puede confiar pero en la misma cesta, podemos encontrar gente sin o con poca experiencia en el sector de la alimentación, del mismo modo que encontramos nutricionistas anclados en el pasado con ideas anticuadas.

La alimentación para muchos es cuestión de un objetivo, algo que es acertado y totalmente comprensible pero en estos objetivos se suele perder de vista el principal cometido de la alimentación y, este no es otro que la salud.

Podemos decir que 7 de cada 10 personas que solicitan o buscan una dieta, el objetivo es el de perder peso. Las 3 restantes buscan un aumento de peso pero son pocas o ninguna las personas que buscan una dieta en busca de la salud. Generalmente la salud viene como añadido; buscamos nuestro objetivos y si además conseguimos ser y estar más sanos, eso que nos llevamos.

Es cierto que la población general actual está más involucrada en la búsqueda de una nueva alimentación, más saludable y menos contaminada.

Pero es cierto que en la actualidad es difícil conseguir alimentos de calidad, no por que no existan o porque estén desapareciendo como muchas personas creen, sino porque se enmascaran con alimentos ultraprocesados y de baja calidad ya que cada día hay más en el mercado.

Alimentos muy azucarados y demasiados procesados se mezclan con las verduras y las frutas por lo que nos cuesta encontrar en determinados lugares (grandes superficies y supermercados) alimentos de calidad puesto que las marcas alimenticias invierten mucho dinero para conseguir su objetivo, llamarnos la atención y lo consiguen.

Esto no solo es culpa de las grandes marcas de alimentación industrial, mucha de la culpa la tenemos nosotros por «perezosos y comodones», por intentar llevarnos a la boca alimentos de fácil preparación, para poder cubrir con ello las necesidades que nuestro cuerpo necesita sin percatarnos de que estos alimentos lejos están de alimentarnos adecuadamente, tan solo nos sacian.

En esto de la pereza, la desgana y las prisas, los únicos que sacan partido son las compañías de alimentación procesada. Ellos no nos engañan, tan solo nos esconden la verdad, manipulan la información que recibimos y se aprovechan de un sistema que tiene demasiadas lagunas respecto a determinados alimentos.

Nuestra mejor arma para poder luchar contra estos carteles luminosos, para estos anuncios llamativos de animales de colores cargados de azúcar de alimentos procesados donde añaden una silueta de alguien corriendo con un asterisco dejando claro que debemos llevar una vida saludable cuando sus alimentos son todo menos saludable, para esta lucha lo que podemos hacer es estar alerta y muy bien informados. La desinformación y los mitos impuestos son la lacra que llevamos para no saber elegir un gran producto dentro de un mar de productos ultra procesados y azucarados.

Hoy en día estar bien informados es sencillo pues tenemos muchas herramientas a nuestro alcance que os facilitan esta tarea, únicamente debemos saber elegir a qué personas debemos permitir que guíen nuestro camino alimenticio y qué personas no. Hay personas que aportan mucho y otras que no aportan nada, un símil bastante bueno con la alimentación, alimentos que aportan y otros que no. Alejémonos de las dietas milagro y vayamos en busca de aquellos que tengan la salud por cabecera, sin prisas, sin milagros, sin resultados demasiado rápidos puesto que la salud no es cosa de un dí o mejor dicho, los resultados ansiados por la alimentación no llegan de hoy para mañana.

Un gran ejemplo y gran conocedor de la salud mediante la alimentación es Aitor Sánchez @midietacojea. 

He elegido  Aitor como ejemplo ya que sus aportaciones son siempre basadas en una alimentación natural y saludable, alejando productos procesados de nuestro día, haciendo además muy sencillo seguirle ya que sus explicaciones cargadas en muchas ocasiones de humor, son fáciles de comprender.

He de decir por otro lado, que Aitor llega a un gran número de la población pero no suele entrar en materias como la alimentación deportiva por lo que muchas de sus propuestas no siempre se pueden seguir al pie de la letra por este colectivo pero en realidad esto es ideal ya que la buena alimentación ha de ser adaptativa a cada cual y por ello tiener  un criterio propio es algo fundamental para que la vida sana dure en el tiempo.

Mi consejo es que leas, te informes, busques gente coherente, actual y formada a los que poder seguir y a esto añadir nuestro sentido común. Aléjate de los milagros y de los carteles con alimentos ultraprocesados. No hagas demasiado caso a la industria de las grandes compañías alimenticias. Busca en el mercado alimentos de toda la vida, llena tu nevera y despensa de frutas y verduras, elabora una dieta propia, adaptada a ti y a tus necesidades.

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